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6 dic 2009

La fugacidad


Es como darle al 'pause' justo en el clímax de la canción que más te gusta. Es como cuando pierdes todo el dinero después de apostar y ganar. Como cuando la tostada que te habías preparado con mimo para el desayuno de tu vida se cae al suelo (por la parte de la mantequilla, dice Murphy). Es como cuando estás convencido, o convencida, de que te va a pasar algo genial y te enteras de que no va a ser así. Y que encima le va a pasar a alguien que te cae mal, muy mal. Es como cuando te quedas sin el mejor postre del mundo después de una comida odiosa. Es como cuando estás apunto de tocar tierra y se hunde el barco. Es como estar esperando un autobús media hora y agacharte a atarte los cordones justo cuando pasa... y pasa de largo, porque no te ha visto. Es como cuando compones la canción que estabas esperando y al tiempo descubres que es muy mala. Como cuando duermes muchas horas y piensas que han sido unos minutos. Como mirarte al espejo y parpadear, sin ver el movimiento de tus pestañas. Es como cuando pasas la noche en vela, te duermes, y suena el despertador. Como cuando llegas a casa después del peor día de tu vida y en el portal descubres que no llevas llaves (y claro, no hay nadie en casa). Es como estar dándole vueltas a una nueva composición, dar con las palabras adecuadas y que se te olviden cuando las vas a escribir sobre el papel. Como cuando todo lo que tienes se pierde sin motivo ni explicación, ni sentido. Como descubrir que tus apuntes son inútiles en época de exámenes y no tener amigos en clase. Es como cuando te das cuenta de que no te gusta algo por lo que acabas de pagar los ahorros de cinco años. Como cuando cortas con tu pareja de toda la vida. Como cuando el profesor te dice que tienes nota para ponerte un sobresaliente pero te deja un notable porque sabe que podrías esforzarte más. Como cuando se rompe algo que te encanta y que guardabas en el fondo de un cajón, lejos de la fragilidad. Como cuando se acaban las entradas justo cuando casi te tocaba después de horas frente a las taquillas. Como abrir un diario y recordar todo lo vivido... y arrepentirte de no haber hecho algo. Como cuando te das cuenta de que podrías haber cumplido tus sueños si lo hubieras intentado antes.

La fugacidad, de la que siempre nos percatamos cuando es demasiado tarde, en el fondo... es una putada.

FOTO: Un callejón de la ciudad de Ghent, Bélgica. Cristina Marí

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