Traza sobre el papel una línea.
Mírala. Desnúdala.
Quítale las sombras,
esquila esa parte
que menos te gusta,
pero mantente fiel
a su personalidad.
Doma el lápiz que sujetas,
enséñale tu lado bueno,
enséñale tu lado malo,
y la firmeza de tus dedos.
Pero no lo fuerces,
podría enfadarse y
negarse a pintar.
enséñale tu lado bueno,
enséñale tu lado malo,
y la firmeza de tus dedos.
Pero no lo fuerces,
podría enfadarse y
negarse a pintar.
Traza una línea.
Mímala. Repasa
sus curvas,
con delicadeza,
puedes herirla
Mímala. Repasa
sus curvas,
con delicadeza,
puedes herirla
y entonces querrá
dejar de ser una línea.
dejar de ser una línea.
Aunque ella sepa
cuidarse sola,
cuida de ella.
Es más frágil
de lo que piensas.
cuidarse sola,
cuida de ella.
Es más frágil
de lo que piensas.
(Ilustración: Cristina Marí)
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